Senadora electa Claudia Pascual: “No le creo a Kast su petición de perdón por haber puesto que iba a terminar con el Ministerio de la Mujer. Es un mero comentario electoralista”

Habla con Alertaley de la relación del PC con el candidato Boric, de sus prioridades legislativas y de la importancia de la presión social ante el empate que habrá en la Cámara Alta a partir de marzo. Opina que la campaña anticomunista que se ha desplegado pasa, entre otras razones, porque sectores de la derecha se quedaron pegados en la Guerra Fría.

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Junto a Daniel Núñez, serán los primeros senadores del PC en casi 50 años y llegará a la Cámara Alta en un clima político en el que se ha exacerbado hasta el agotamiento y a la luz de la campaña presidencial, un fuerte anti comunismo. “Somos de una identidad históricamente en Chile que se le ha tenido miedo, se le ocupa como el “cuco” para nuclear fuerzas e identidades en contra, porque supuestamente somos los menos democráticos, lo peor de la de la democracia, y es, precisamente, lo contrario lo que nosotros hemos hecho en nuestra historia y tradición política. Hemos abierto cauces para la profundización de la democracia, no hemos estado nunca en un Golpe de Estado en Chile, hemos abierto causas para la defensa de los derechos sociales y el respeto a los derechos colectivos”, sentenció la senadora electa por la Región Metropolitana, Claudia Pascual.

Fue concejala y ex ministra de la Mujer en la última administración de Michelle Bachelet, milita desde la adolescencia en el PC. En conversación con www.alertaley.cl, Pascual repasó sus énfasis legislativos en la Cámara Alta a partir de marzo: “El tema de 40 horas me parece súper importante, poder conciliar y compatibilizar de mejor manera desde el mundo de los trabajadores, hombres y mujeres, sus vidas familiares, personales y el trabajo con una jornada más corta. Que esto sea también para el sector del retail y el comercio, donde la gran mayoría de las trabajadoras son mujeres. Pongo esos temas de mucha preocupación para las mujeres, además de los temas de derechos sexuales y reproductivos, de los hijos, las hijas o sus familiares con necesidades educativas especiales o con en situación de discapacidad, ley de autismo, en fin, hay varias temáticas ahí que las mujeres están propiciando en los barrios y que yo lo atestigüe en la campaña”.

-¿Sientes que primero van a tener que hacer una suerte de “prueba de blancura” y cuáles son los énfasis que pretenden plantear en el Senado?

-Esta es una responsabilidad super grande y yo personalmente me lo tomo así, porque si lo haces lo mejor posible le permites abrir caminos para otros y para otras, pero si lo haces mal cierras puertas y cuesta mucho volver abrirlas. El desafío pasa por hacerlo lo mejor posible, desde el punto de vista las ideas que nos convocan a nosotros como comunistas, que no son prerrogativas exclusivas de los comunistas, porque la creencia en una sociedad más justa que combata la desigualdad, no es prerrogativa exclusiva de los comunistas. Desde esa perspectiva, la posibilidad de construir puentes, diálogos que lleven a acuerdos para una unidad desde la diversidad de identidades, teniendo siempre como objetivo las necesidades y las reivindicaciones de las grandes mayorías del país, es fundamental.

-Las razones de este clima de anticomunismo son claras, evidentes y se arrastran desde estos últimos 30 años: una campaña sostenida de la derecha, el manejo de los medios, del discurso público, pero ¿qué autocritica hace el PC para explicar que a la gente le haga sentido esa campaña?

-Uno puede hacerse la autocrítica de que falta explicar más detalladamente qué es lo que se busca, cuáles son las propuestas de fondo, cómo se caracterizan, cómo se van a llevar a cabo, cómo le afectan en concreto a la gente y, por otro lado, también siento que se puede ser que nos falle el estar más pendiente de las formas, de los lenguajes que de los fondos. A veces pareciera que somos más duros en la forma.

Podría hacerse desde mi punto de vista personal a lo mejor esa autocrítica, pero creo que la responsabilidad principal de ese anticomunismo exacerbado pasa por los otros, por aquellas fuerzas que explotan esta situación, aquellas de la dictadura cívico militar que no se han arrepentido y generado un sistema que excluía a las fuerzas políticas. Nosotros no quisimos estar excluidos, el sistema electoral era quien más excluía y, por lo tanto, desde esa perspectiva, siento que quienes no se arrepienten de nada de aquello son quienes más partido le sacan a ese anticomunismo. Se han quedado pegados en una lógica de la Guerra Fría. A mí me sorprendía ir a debates con un candidato, (Jaime) Mañalich, que de verdad lo único que le faltó fue decir que alguno de nosotros era agente de KAOS, y que venía el Super Agente 86 por el frente, decía: todo es culpa del comunismo internacional, no hay nada que hacer acá, como si todo está bien dicho aquí, nunca nos hemos equivocado en nada. Justo el personaje que tiene una crítica tremenda con respecto a la administración de las políticas públicas en materia de salud, tenemos a cientos de miles de chilenos y chilenas fallecidos por su mala gestión.

-Si uno mira las estadísticas, efectivamente el movimiento feminista logró mucho, pero hay déficits. Tenemos una Convención paritaria, pero el Senado en términos porcentuales retrocedió. Muchas mujeres se han retirado del mercado laboral debido a que no cuenta con una red de apoyo en materia de cuidados y un largo etc. ¿Cuál es tu línea legislativa? ¿por dónde vas a ir al respecto de este tema?

-Lo primero es defender lo conquistado hasta ahora en materia de derecho y de legislaciones que resguardan esos derechos, no permitir que haya retrocesos a propósito de las amenazas que están en el propio programa del candidato de extrema derecha. Yo no le creo a José Antonio Kast su petición de perdón de haber puesto que iba a terminar con el Ministerio de la Mujer. Yo creo que es un mero comentario electoralista. No se refleja para nada en un compromiso con los derechos de las mujeres en su programa y, por lo tanto, con la misma rapidez que pidió perdón, puede arrepentirse de haberlo pedido y seguir manifestando que lo que lo va a eliminar o despojarlo de todas aquellas facultades que tiene el ministerio para poder seguir haciendo más y mejores políticas públicas.

Hay materias en las cuales hay que seguir avanzando. El ejemplo que pones de la inserción laboral de las mujeres estará en mis prioridades, el reconocimiento del papel que tienen en la economía con su trabajo remunerado, pero también en el trabajo reproductivo llamado tareas del hogar, domésticas y el de cuidados de niños, niñas, de hijos e hijas y de familiares en situación de discapacidad o personas mayores. Eso no sólo pasa por lo que puede hacer un gobierno en materia política pública, también pasa por reformas legislativas. Entonces, ese reconocimiento es fundamental, porque no sólo permite mejorar las condiciones de desarrollo y de ingresos para las mujeres, porque lo que hemos tenido en pandemia es que no solo ha aumentado la cesantía, ha disminuido la tasa de participación laboral, que es porque las mujeres ni siquiera pueden responder que están buscando empleo, porque no tienen el sistema ni las redes públicas, familiares ni comunitarias para poder realizar todo lo que tienen que hacer y poder seguir trabajando.

Por otro lado, ojalá que el Senado apruebe de una vez por todas la ley integral que garantiza una vida libre de violencia que está hace cinco años en el Congreso, desde noviembre del 2016. En enero del 2019 salió de la Cámara de Diputados aprobado y lleva tres años en el Senado, sin siquiera haber salido de la Comisión de Mujeres y Equidad de Género. Esa es una deuda, es una ley buena que da atribuciones adicionales al Sernameg para actuar de oficio en casos de femicidios. También abordaré la violencia política de género, que en Chile es una necesidad. O sea, no podemos seguir teniendo fenómenos como la agresión por redes sociales a la presidenta de la Convención por su origen étnico, a otras convencionales también por su origen étnico, a las mujeres que se destacan en política o que quieren hacer representación política y social.

-Efectivamente la derecha ataca con dureza a Elisa Loncon por su origen mapuche, pero también Teresa Marinovic sufre violencia política y no se condena eso. ¿Hay un tema cultural en este problema o de una errada política del empate?

-En todas las materias de reconocimiento de derechos de las mujeres y, sobre todo, de abordaje de violencia de género, es indudable que se necesita un cambio y una transformación cultural, que implica concepciones que colectivamente como sociedad y como comunidad detectemos todos los ámbitos de violencia y no sólo cuando me afectan a mí. Yo en eso lo comparto plenamente. La tipificación de la violencia política de género es fundamental, porque va a permitir distinguir cuando es violencia política de género y cuándo es el debate con argumentos, de posiciones distintas.  

Yo nunca me voy a olvidar que el actual candidato de ultraderecha en uno de los programas de Estado Nacional que yo participé hace varios años atrás, ingresó al set, se sentó en la mesa, me ve y lo primero que dice “yo te quiero advertir, te quiero decir de inmediato y yo contigo tengo profundas diferencias ideológicas”, con una cara de odio que yo le miré y yo le dije “mucho gusto, soy Claudia”. Entonces, desde esa perspectiva sí hay ataques en las redes a una convencional como Tere Marinovic por el hecho de ser mujer, creo que son igual de condenables que si son para la machi Linconao, para Elisa Loncon, para Constanza Schonhaut o cualquiera de las convencionales, parlamentarias o mujeres dirigentas sociales y políticas de este país.

-Las farmacias populares están en un proceso de quiebra, tienen un tema administrativo complejo. La iniciativa del gas popular tampoco pudo ser llevada a cabo, porque la Contraloría indicó que las municipalidades no tienen atribución al respecto. Dada tu experiencia como concejala, ¿qué cambio legislativo has pensado para este mundo?

-Los municipios necesitan una profunda reforma y me imagino que la nueva Constitución también tendrá que decir algo. Es imperioso transformar la administración del gobierno local, tener muchas más facultades para resolver problemas que tienen los vecinos, las vecinas de una comuna. Hay que hacer otra Ley de Rentas municipales, repartir de mejor manera el Fondo Común Municipal y generar adecuaciones de las plantas, las contratas a la cantidad de habitantes que tienen hoy los municipios. La ley de plantas y de contrata de la Administración Pública Municipal es de comunas que tenían en promedio 100 mil habitantes menos que ahora, entonces te quedas corto con el personal, no solo con las facultades. Hay que permitir que las comunas más pequeñas, más rurales, más apartadas, con muchos menos recursos, puedan hacer asociación de municipalidades para contratar profesionales y técnicos que cada una por sí misma no puede contratar. Direcciones de educación, direcciones de salud, direcciones de obra, que la gente no se va a trabajar a esos municipios porque no tienen los sueldos competitivos o porque no tienen la planta suficiente.

A mí me parece francamente que el problema no son los municipios. No tiene ni un solo sentido que Chile tenga una Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) y que no se pueda generar un distribución estatal o pública del gas a un precio justo.

Un Congreso de dos tiempos

-Con un Parlamento que por la correlación de fuerzas con la que quedó, ya se vislumbra totalmente empatado a partir del 11 de marzo, ¿qué viabilidad tiene la agenda que nos planteas y qué efecto puede tener en las aspiraciones de gobierno, ya sea que Kast o Boric salga electo Presidente de la República?

-En la Cámara de Diputados hay una diferencia a favor de las fuerzas de no derecha, no es tan holgada como se quisiera, pero hay una diferencia, no es empate. En el Senado, efectivamente, está mitad y mitad. Cuantitativamente ese escenario puede dar la sensación de que no vas a poder avanzar nada, independiente del gobierno que tengas, pero yo creo que hay dos situaciones cualitativas que pueden cambiar esa situación. Primero, que el Gobierno sea de Gabriel Boric, porque legislar, avanzar en materia de derechos en nuestro país con un gobierno que respalde y vaya generando la iniciativa legislativa, es bien distinto que hacerlo solo desde la coordinación parlamentaria. Si no, preguntémonos por qué lamentablemente -y fue una pésima noticia para las mujeres en nuestro país- se pierde la moción parlamentaria del aborto hasta las 14 semanas. Y el segundo punto es que se debe desempatar en el Senado mediante la acción activa de las organizaciones sociales y movimientos sociales, de la ciudadanía. No veo otra posibilidad. Si usted deja que el Parlamento funcione casi sin público, que se discuta todo ahí nomás y que no se involucre a la población de nuestro país, va a ser más difícil, indudablemente.

-Vamos a suponer el escenario que gana Boric la elección. En el Senado la derecha va a oponerse a la reforma de pensiones de Boric y, en especial, terminar las AFP. ¿En esa reforma de pensiones qué es negociable y qué no?

-Es difícil responderlo, porque creo que hay un tercer elemento que tiene que ver con las definiciones de la Convención Constitucional y, por lo tanto, con lo que se apruebe en la nueva Constitución. Si desde esa perspectiva hay un respaldo, digamos a un cambio y modificación del sistema, al Senado y al Parlamento en general le corresponde apoyar esas definiciones. Por lo tanto, antes de ponerme a pensar que es negociable, quisiera pensar que es factible todavía seguir peleando que estas situaciones se puedan concretar de la mejor manera posible.

Es fundamental, en todo caso, más que decírtelo desde el punto de vista de lo negociable, que temas sí debieran ser muy relevantes que se pudieran avanzar: el aumento de las pensiones, mejorar sus montos, fortalecerse no sólo los pilares de solidaridad, sino que incluirse alguna modalidad de reparto. Me parece que la solidaridad intra generacional son dos temáticas que se adeuda muchísimo en el sistema de pensiones privado que tenemos hoy día. También es fundamental no dar el debate anteponiendo el aumento de la edad de jubilación a un esquema de país, en donde las realidades laborales son muy distintas dependiendo del segmento productivo en el cual se desenvuelve, y, mucho menos, en relación a las mujeres que no hemos resuelto nada con respecto a sus dobles y triples jornadas.

-Mencionaste que sería bueno esperar, antes de ponerse a legislar, lo que viene de la Convención. Entonces, ¿más bien el nuevo Congreso debiera hacer una pausa y esperar la nueva Constitución?

-Creo que el próximo periodo tiene dos tiempos en este futuro inmediato, ver qué pasa el 19 de diciembre. Otro tiempo es el que coincide de gobierno y Parlamento sin la nueva Constitución, por lo tanto, hasta el plebiscito de salida y su rechazo o su ratificación, dependiendo de lo que decía la ciudadanía, se debe avanzar en legislaciones que, sobre todo si el gobierno de Gabriel Boric, den señales claras de que se va a respaldar muchos de los temas que la ciudadanía quiere que estén, lo que tenga que ver con demandas sociales. Y el segundo tiempo está dado por todo lo que define la nueva Constitución y, creo, ahí vas a tener que asumir también un papel de alto mandato, no nos corresponderá estar cuestionando todo lo que diga la nueva Constitución, sino que vamos a tener que hacer todas las adecuaciones que implique: legislaciones nuevas, derogación de otras reformas, etc. Todo depende de lo que se diga en esa nueva Constitución. Entonces yo por lo menos veo el próximo gobierno en dos tiempos.

-En ese contexto, vas a pertenecer a una institución que precisamente está en la mira del debate de la Convención, porque se habla mucho de un Congreso unicameral, de eliminar el Senado o que tenga otras funciones. ¿Cuál es tu visión de la Cámara Alta, el rol que debería jugar, si debe permanecer?

-Lo dije en campaña y lo ratifico hoy, estoy por un Parlamento unicameral, nuestra realidad no justifica dos cámaras. Esa es una idea, además, que en Chile viene de hace 50 años, estaba planteado precisamente antes del golpe, como idea se estaba discutiendo. Creo que se haría un Parlamento mucho más ágil, mucho más moderno y, por lo tanto, seré una senadora súper dispuesta a apoyar esa definición si es que sale de la nueva Constitución. Y si se queda el Senado, hay que modificar su relación con la ciudadanía, también la de la Cámara Diputados. Tenemos que tener un buen ejercicio parlamentario mucho más cercano a las distintas organizaciones, a la ciudadanía en general, porque se necesita mayor incidencia de la población en las legislaciones. Me parece que la iniciativa popular de ley, que permita y obligue que el Parlamento discuta también cosas que la gente quiere, como los plebiscitos y las consultas ciudadanas vinculantes, son temáticas que debieran agilizar el ritmo legislativo.

Cuando tienes un Parlamento con las fuerzas más o menos equilibradas, este tipo de herramientas te pueden destrabar una serie de debates y proyectos. La desafección y el descrédito de la política, de los partidos y el Parlamento especialmente, es precisamente porque la gente siente que la convocan cada 3 o 4 años y nunca nadie los hizo partícipe de nada.

Desde esa perspectiva, tengo una mirada muy positiva de cosas que se han dado en la Convención, cómo se eligieron la presidencia y la vicepresidencia, en vez de una componenda cerrada, fue por votaciones y se repitieron hasta que se lograron las mayorías, los otros fueron con patrocinio. En un mes tenías más de dos mil solicitudes de audiencia. En un momento no les gustó cómo se iba a resolver algo, la mesa cerró la sesión y no se volvió hasta que no se venía con una propuesta que fue respaldada por la gran mayoría.  Ahí hay recreación de las formas y del ejercicio de la deliberación que me parecen súper interesantes y, desde esa perspectiva, el Parlamento tiene que mirar con mejores ojos lo que está haciendo la CC, en vez de ponerse a pelear con ella.

La relación con Boric

-Sobre la carrera presidencial, harto se ha hablado del rol de Daniel Jadue desde las primarias en adelante, se ha generado una sensación que más que ayudar a Boric le ha entorpecido la campaña con varias declaraciones poco acertadas. Por otro lado, se observa un PC más moderno, más a tono con los tiempos, que se ha jugado por la opción de Boric…

-En relación a frases más o menos afortunadas con respecto a Daniel, también se les han sacado a otras figuras del partido. Esto se resuelve en la medida que el ejercicio de la política, la alianza, la unidad, la diversidad, la unidad de la diferencia genere su propio mecanismo de resolución y de conversación de ciertas diferencias.

Todavía el ejercicio de la política es muy machista, tiene mucha testosterona. Cuando tú escuchas a Nicolás Eyzaguirre en el café de la mañana de la Cooperativa de decir que los que opinamos que con el candidato de extrema derecha en el gobierno vamos a ser perseguidos, somos unos delirantes, yo también podría decir esa frase es tremendamente desafortunada y armar flor de polémica. Pero los medios no lo hicieron, porque la idea es ir a buscar la pugna entre el PC y el Frente Amplio, entre el PC y el candidato de Apruebo Dignidad.

-¿Hay una pugna interna en el PC generacional y/o de género?

-En relación con lo de la disputa generacional, yo no lo veo así. Nosotros discutimos muchísimo. El tema no está en diferenciarnos en opinión, sino en que asumimos la síntesis colectiva. El partido indudablemente que está haciendo debates y discusiones que nos impliquen estar a la altura de los tiempos: la lucha anti patriarcal, el medioambiente, los pueblos originarios, con otras miradas y no con la de la izquierda tradicional de los años 70. Quiero reivindicar la conducción del compañero Guillermo Teiller como presidente del partido, él ha permitido un diálogo y una integración de miradas intergeneracionales y los cuerpos de dirección. Tú no tienes una comisión política de puros compañeros y compañeras que tienen 70 años, hay una comisión política donde conviven la generación de los 30, de los 40, 50 con las de 70 y 80.

Hay una reivindicación de que está más a la altura de los tiempos y que le está pasando todos los partidos. Hay una reivindicación de que las mujeres tenemos que ocupar paritariamente los puestos dentro de las colectividades y no sólo la representación por la vía de las elecciones.

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