Víctor Maldonado: “La derecha tiene mando estratégico, no es una tropa montonera”

El analista es categórico en advertir que el poder es el aspecto más importante que se está jugando en la nueva Constitución, que es el elemento “de verdad el intransable” y que es evidente que la oposición está dilatando las cosas, no se apura, porque “tienen el control y quieren hacerlo explícito”.

- Publicidad -

El Consejo Constitucional ya lleva dos meses desde su instalación y avanza a paso lento, muy lento. Pasan las semanas, los plazos se acortan y solo en algunas comisiones recién se ha empezado el debate sobre las normas, mientras que el inicio de las primeras votaciones recién está definido a partir del día 21 de agosto. Desde ese momento, habrá un margen de solo dos semanas para que las cuatro comisiones temáticas voten las más de mil enmiendas al anteproyecto y las despachen a la siguiente etapa: el pleno.  

La estrategia de dilatación que ha desplegado la derecha en el Consejo Constitucional es evidente. Sobre eso, y lo que realmente está en juego con este segundo proceso constitucional, conversó con www.alertaley.cl el analista político y sociólogo, Víctor Maldonado.

“Es evidente que la derecha manda, pero no es evidente quien manda en la derecha. Hay una coordinación en las sombras muy eficiente y disciplinada del sector republicano particularmente. Lo importante aquí es que estamos ante una instancia donde hay un grupo mayoritario que tiene una estructura jerárquica. Lo que suceda con ellos, tiene mucho que ver con la responsabilidad que republicanos tiene sí o sí en el resultado de este Consejo”, advierte Maldonado.

¿Cuáles son los objetivos políticos de republicanos y la derecha en el Consejo? ¿Son los mismos o distintos?

-Son distintos. Responder esa pregunta es casi responder cuál será el destino del Consejo. Republicanos es un partido al que no le interesaba para nada el cambio de la Constitución, que su ideal sería incluso retroceder y no avanzar, y haber quedado en posición primera, con más votos, implica que quedaron en la mejor posición para ganar la Presidencia de la República, y obtenerla es lo que determina su acción en este Consejo. Para ellos el Consejo no es de vital importancia, pero es un paso vital para llegar a la Presidencia.

Para eso tienen que hacerlo bien y ahora la responsabilidad de sacar una nueva Constitución es de los mismos que se oponían a ello, la derecha republicana subordina todo a un objetivo central y lograrlo, manteniendo su disciplina, le permitirá validarse o no.

El resto de la derecha tiene otros objetivos, porque son más diversos que republicanos, y para cualquiera en la derecha que sea liberal, clásico, va a sentir que tiene que proteger instituciones de la democracia y avanzar en tener una Constitución más moderna.

Entonces, RN y Evópoli tienen que el desafío de resguardar su identidad, marcar diferencias con republicanos y no terminar como su vagón de cola….

No, porque son muy reducidos en el CC para tenerlo. No les queda otra que tener objetivos colectivos, tienen que unirse para poder pesar, dado el tonelaje político que tiene republicanos en esta instancia.

Se genera una situación muy extraña, porque en estos momentos no hay ningún actor político que esté seguro cómo comportarse frente al Consejo. No se sabe si hay que aprobar o rechazar la Constitución, no lo sabe el Gobierno, tampoco la centroizquierda ni el Frente Amplio, no lo saben los moderados ni la derecha. Entonces es mucha la incertidumbre, no se sabe incluso quien es el socio. Si llegaran a un acuerdo, la gran pregunta es si la gente va a seguir el acuerdo político general que se pueda seguir, cuando en la realidad la gente tiene un deseo bastante fuerte de rechazar lo que venga. Todos tienen susto de no estar en la posición correcta.

En este contexto, y a la luz de las enmiendas que se presentaron, ¿La derecha ha pecado de identitaria, tal como sucedió con sectores de izquierda en la Convención?

-No, pero podría caer en ese error, porque juega muy en la cornisa. Te lo explico con un ejemplo que no tiene que ver con el Consejo, pero sirve mucho para graficar bien la situación: en la tirana el baile más famoso es la diablada, es el más vistoso, es muy grande, masivo, ordenado. Y están los que se llaman los diablos sueltos, son solos, se apegan a cualquier baile chico para hacerles cancha, para ser útiles. Bueno, la izquierda esta llena de diablos sueltos y la derecha es una diablada. Es la disciplina la que hace la gran diferencia.

Entonces, para poder llegar a la Presidencia, los republicanos necesitan que la Constitución sea aprobada, ese es el único camino lógico, pero todas sus reivindicaciones respecto de la Constitución son identitarias, son minoritarias y son extremas. Para poder ganar no tienen que hacer caso de sus propias reivindicaciones, porque si se aferran al discurso identitario se aíslan del resto y fuerzan el rechazo. Es extraño, pero si son sinceros mueren en el camino, si no se hacen caso a si mismos, pueden ganar.

El problema es que, para dejar contenta a su audiencia, a su electorado, presentaron casi 400 enmiendas que son identitarias. Es un ejercicio de disciplina extraordinario el que deben mostrar.

¿Las enmiendas de republicanos, que son casi un programa de gobierno, no son una suerte de laboratorio político parea sondear el clima ciudadano a sus ideas?

-Creo que no, porque están haciendo el trabajo electoral y político de campaña, es algo a lo que están muy abocados, sobre todo (José Antonio) Kast, que no ha desaparecido, no ha dejado de trabajar, está en terreno, lo que le permite ganar la presidencia. Él no debe tener problemas que le dificulten su objetivo.

El tema es que hay cinco aspectos en los cuales se define el destino de la Constitución: el poder; la propiedad; los derechos sociales; la institucionalidad; y, por último, lo valórico.

El poder es el aspecto más importante que se está jugando en la Constitución, es de verdad el intransable, lo que les interesa más conseguir, y me parece que lo que se cree en general es que lo importante para ellos es lo valórico, pero no es así. Lo es poner normas que aseguren a la derecha correr con ventaja permanentemente en las próximas elecciones, y ganar el poder, no por un solo gobierno, sino que, por varios sucesivos, ese aspecto tiene que ver con dos temas que no le importan a nadie masivamente, pero de ellos depende el poder futuro. Uno, es reducir los escaños parlamentarios, y el otro es el redistritaje. Si se eligen menos parlamentarios y en distritos más pequeños, eso se parece mucho a la sobrevivencia solo de los partidos más grandes, desaparecen las fuerzas más chicas, quedan solo los polos, la izquierda y la derecha, desaparece el centro, y con ese cuadro la derecha cree que permanentemente mantendrá el poder. Ya no estaríamos en esto de los péndulos, que pasamos de Bachelet I a Piñera I, de la izquierda a la derecha, sino que quedaría fija la historia de Chile en un permanente triunfo de la derecha. Ese es el corazón de lo que les interesa.

Podría uno decir que lo que les interesa son temas como oponerse al aborto, sin embargo, eso los convierte en minoría, no por nada lo primero que hizo Kast fue decir que ese tema es una discusión de ley no constitucional, porque cuando sean mayoría conseguirán lo que quieren en lo valórico. Esto es como los magos, que cuando señalan una mano para que uno la vea, es porque el truco la están haciendo con la otra.

¿Y cuál es el panorama para los otros temas en juego en la Constitución?

-Los otros cuatro temas que mencioné son importantes, pero no me parece que vaya a haber un punto sobre el cual no se pueda llegar a acuerdos. Por ejemplo, la propiedad, siempre es relevante para la derecha. En esta Constitución tiene temas candentes, lo que suceda con el agua, la salud y las pensiones, pero si en esto no hay grandes innovaciones, la nueva Constitución puede ser aprobada. En cambio, si se intenta constitucionalizar las AFP y las Isapre, o que el agua queda permanentemente en manos de aquellos a los que se le regalaron los derechos de uso, si eso lo imponen, al frente no queda más que el rechazo. Si todo queda como hasta ahora, el resto acepta. Tengo la idea que si la derecha ya está jugando con tirar el aborto para después, no va a hacer la ruptura en el tema de la propiedad, porque ya está lo suficientemente garantizada en la Constitución actual y en el anteproyecto que redactó la Comisión de Expertos.

En los temas sociales es donde habrá más problemas, porque no va a pasar nada. Si la centroizquierda se mueve, el derecho a huelga y la libertad sindical será intocable, pero no habrá avances. La paridad y reconocimiento de pueblos indígenas no tienen ninguna posibilidad de avanzar. Finalmente, en lo institucional, están las Fuerzas Armadas y lo que suceda con los tratados internacionales, pero son temas simbólicos, no implican divisiones de fondo, aunque parezca raro. Las FFAA pueden o no tener un capítulo aparte y los juristas se podrán destruir entre unos y otros por eso, pero sobre el rol no deliberante, que acatan el poder civil, no hay diferencias; y en los tratados internacionales, independiente del rango que tengan, nadie en Chile pretender desconocer los que ha suscrito el país.

Al final lo que tenemos es una Constitución que puede salir aprobada con la condición de que la derecha ponga sus acentos, pero sin imponerse, y la centroizquierda evite cualquier retroceso respecto de lo que tenemos. Si la derecha intenta triunfar por completo, perderá, pero si intenta ganar puntos en aspectos claves, como escaños y redistritaje, ganará. Es un tema de habilidad.

En este escenario que me planteas ¿Cómo se enmarca la estrategia de dilatación que está aplicado la derecha?

Es la misma que emplearon para el Acuerdo Nacional, el que dio vida a este segundo proceso. Es una estrategia que le sale natural a la derecha, porque cuando tienes el control de la situación y el tiempo pasa, el que se pone nervioso es la minoría, el que tiene que ceder es al que le queda poco tiempo.

Si la derecha no se apura, es una derecha que tiene el control, y lo tienen y quieren hacerlo explícito. Si lo hace explícito y no pasa la aplanadora, una cosa arrogante y tan burda, va a ganar el fondo. La derecha tiene mando estratégico, no es una tropa montonera como la Convención. Es exactamente al revés.

¿Qué efectos concretos tiene realmente esta estrategia de dilatación en el proceso?

-Aquí vamos a un supuesto. Uno puede hacer su mejor partido o el peor con el mismo equipo. El mejor partido para la derecha implicaría que dejar las grandes decisiones para el final del proceso, y ahí en vez de imponerse, ceder grandes capítulos o articulados para dejarlos tal como están en el anteproyecto que tenemos. Si es así, lo que sentirá el resto es un alivio enorme de que se salvaron muchos muebles en un incendio y dejaría pasar lo que le interesa de fondo a la derecha, que es el poder. La derecha va a entregar las apariencias y va a dejar todo lo demás intacto, eso es lo que haría si tuviera mando estratégico, y yo creo que lo tiene.  

Dado que el oficialismo ni siquiera tiene poder de veto ¿Qué tiene y puede hacer?, ¿Cuál es el camino por seguir?

-La gran meta del oficialismo en el Consejo es existir. No se puede oponer a un grupo organizado, disciplinado, de manera desorganizada y menos por fragmentos, sectores o sensibilidades. Hay que ser uno, existir como alternativa.

Lo otro importante es no perder tiempo en temas secundarios, como ha pasado con impugnar ante la Corte Suprema la creación de capítulos nuevos, eso es pura debilidad, es secundario, fue absurdo, inútil, debilitante, es jugar muy, muy a la defensiva. El oficialismo no puede jugar a la defensiva.

Ningún tema secundario puede llamar la atención, se tiene que ir por lo que realmente es intransable, y dentro de eso es que no se puede ampliar más el derecho a la propiedad privada, no se puede entregar el poder permanentemente a la derecha dejando que haya casi una vuelta al binominal, que es lo casi expresamente dijo (Sebastián) Piñera cuando expuso, una fórmula menos proporcional, más cercano a lo mayoritario, lo dijo igual que cuando un empresario expone sus reglas. La izquierda debe contener retrocesos, si lo hace bien, deben lograr que la derecha no pueda imponerse en la Constitución con triunfos permanentes.

¿Cuál es tu pronóstico para el resultado de este segundo proceso constitucional?

-Mi pronóstico es que, lamentablemente, en varios temas nos estamos jugando bastante el destino del país. Tenemos que llegar a la conclusión conjunta, todos, sin separación de izquierda-derecha, de que es malísimo que queden temas gruesos, de fondo, para futuros gobiernos, porque no habrá ningún futuro gobierno que con eso pueda ser bueno y más aún, terminar bien. Como eso es malo de por sí, aprobar la nueva Constitución es una necesidad nacional, de preservación de la democracia, porque si no, el que gane la próxima vez, tendrá mano dura, la Constitución será un marco retórico del que se va a salir, y eso ya sabemos como termina. Eso puede tener el nombre que se quiera, pero es un autoritarismo.

¿Dices que un rechazo en diciembre el país va a caer en el autoritarismo?

Sí. Y es que lamentablemente tenemos dos o tres temas adicionales complicados. La seguridad, por ejemplo, si se mantiene la inseguridad en la calle, va a ganar la derecha y la solución autoritaria contra el delito, el que ofrezca el control de la delincuencia a como dé lugar. Ahí también nos jugamos mucho. Y, si no somos capaces, mínimamente, de aprobar reformas que nos permitan salir a flote con los derechos sociales, vamos a tener problemas.

Nos hemos metido en una situación en la que dependemos de que dos o tres grandes desafíos sean respondidos bien y pronto, porque si no lo que viene es lo que creemos que en Chile nunca pasa y sí pasa.

¿Qué debe suceder para que se revierta el escenario adverso que enfrenta este segundo proceso constitucional, considerando que todas las encuestas arrojan que el rechazo gana por amplia mayoría?

-Hasta este momento la política mediocre que nos caracteriza, de superficie, de revoluciones de video juego, que ni siquiera manchan o hacen mella en el modelo económico, político y social que tenemos. Esa política superficial se deja llevar por las encuestas, pero si la democracia tiene destino en Chile es por la necesidad de afianzarla, y para eso se necesita una nueva Constitución, que eso prime por sobre el descontento ciudadano que es obvio que se exprese en un rechazo a cualquier cosa que venga.

Solo el acuerdo amplio de derecha-izquierda sobre un cambio constitucional, hará que la gente molesta, incómoda, lejana y sin ningún interés en particular, considere que tal vez, es probable que no estén todos tan equivocados y que esto puede servirle al país. Hay que jugar a la necesidad de defender la democracia, sea popular o no, y digan lo que digan las encuestas.

Últimas Noticias

Ximena Rincón (Demócratas) entregó a Interior propuesta integral de seguridad que incluye control preventivo a migrantes y Unidad de Inteligencia Regional

Durante la jornada de este lunes 22 de julio, parlamentarios de la bancada de Demócratas, liderados por...

Los detalles de la Cuenta Pública del Congreso Nacional liderada por los timoneles del Senado y la Cámara de Diputados

Durante la jornada de este miércoles 10 de julio se realizó la Cuenta Pública del Congreso Nacional...

La fuerte acusación contra asesor parlamentario de diputada Santibáñez en plena sesión: «Me acosó sexualmente»

Tensión se vivió en la sesión extraordinaria de comisiones de Minería y Energía de la Cámara de...
- Advertisement -

Proyecto de ley que protege infraestructura crítica quedó en condiciones para su debate en particular

Luego que con 33 votos a favor y tres abstenciones, la Sala del Senado diera luz verde...

Senador Bianchi busca acelerar respuestas de entidades públicas mediante el proyecto denominado “Día del Loly”

Durante la jornada de este martes 18 de junio, el senador (IND) Karim Bianchi, presentó el proyecto...

Debes saberlo

- Advertisement -

Te podría interesarRELACIONADO
Está pasando ahora